13 dic 2015

Un vistazo en Brazil & regreso a Córdoba - Argentina

        Estando ahora a punto de entrar en Brazil, veía en esa semana de arranque por la costa uruguaya un balance provisorio ambiguo pero claramente positivo. En primer lugar, dominando lo demás, esa sensación de libertad que se instalaba de a poco, tanto en relación al espacio como al tiempo ! Y las relajantes playas de este agradable país, un tiempo favorable esos 10 primeros días, y punto importante : el comportamiento sano de la moto a pesar de sus ocho parches en la rueda trasera y de la flagrante sobrecarga en equipajes, aunque un poco demasiado sensible al viento a mi gusto. Una innegable preocupación sin embargo por este exceso de equipajes que aliviaba entonces demasiado mi tren delantero, pero también por los dolores de cintura persistentes aunque livianos… Y algo quemado también de haber sido andando cada día fuera de la pausa en Colonia, y a pesar de las escasas distancias cubiertas estos últimos días. Pero las ganas de quedarse un rato a disfrutar venían limitadas por el poco tiempo disponible respecto al plan de subir hasta Porto Alegre y estar de vuelta en Córdoba para el 18 de septiembre…
A mi gran sorpresa, ese dolor de espalda fue inmediatamente resuelto por la compra de una faja de viaje a mi llegada en Chuy ! Los varios remedios probados esos últimos días no lograban más que aflojar el dolor, pero luego de haber cubierto cómodamente los 200kms pendientes hasta Rio Grande, tuve el placer de disfrutar una noche sin dolores. Una buena cosa cerrada. :) 
Esa ciudad fronteriza donde me detuve para almorzar y comprar un par de cosas, justo al límite entre Uruguay y Brazil (una grande avenida parte la ciudad en dos, divertido), no parece merecer una parada estirada… Algo parecido a una estación de servicio gigante y una onda muy comercial, pero por lo menos ahí está de nuevo posible encontrar productos correctos a precios razonables. Apreciable luego de 4 años en Argentina y 1 semana en Uruguay…
La ruta para entrar en Brazil por Chuy es claramente primero una aburrida linea derecha de casi 300kms desde Punta del Diablo, pero también se nota un cambio progresivo de vegetación y la travesía de la reserva ecológica « do Taim », a cruzar con prudencia para preservar la densa fauna local. Me parece igual que evitar de chocar con una « tapivara », especie de rata del tamaño de un gran perro, ayuda también a preservarse si mismo, particularmente andando en moto !
Llegado en principio de noche en el centro de Rio Grande, volví al placer de la navegación a vista por no haber cargado algún mapa de Brazil en el GPS, y me instalé en un hostel encontrado la víspera en internet, recibido por las estimaciones de los locales sobre las chances de mi moto de sobrevivir a una noche en la vereda : la policía siendo en huelga desde 2 meses, el negocio re-arrancó alegremente en la zona… Por suerte, Alice que había encontrado en Uruguay vive a dos cuadras, y me obsequió algunas tequilas en concepto de bienvenida "na Brazil" ! :)
Debo decir que me encanta como suena este idioma, y que me fue un placer rozar por algunos días ese país tan atractivo. La fuerte lluvia del día siguiente primero, pero más que nada las ganas de aflojar y disfrutar esos contactos para entender mejor la zona me hicieron modificar mis planes : en vez de seguir peleándola contra el reloj bajo la lluvia hasta Porto Alegre, me acordé 3-4 días de descanso en Rio Grande donde vive Alice y en Pelotas donde viven Camila & Karina, esas dos ciudades siendo separadas por no más de 60kms - que sin embargo se iban a revelar épicos.






        El tiempo desfavorable y la temporada baja me dejaron con una imagen algo apagada de esta bastante linda ciudad, pero los desafíos del idioma en general y el de la compra e uso de un chip local alcanzaron para animar mi día, que terminé por una vuelta en el Museu Oceanográfico (pronunciar la « o » final como « u » :P), bastante interesante aunque un poco chico. Me cagé de risa con la cara de pescado tipo Bad Boy ! :D







        El trayecto del día siguiente parecía fácil y rápido con sus escasos 60kms, aun más con la nueva repartición de equipajes que planeaba probar : instalar una bolsa tipo maleta de computadora comprada en Chuy en lo delantero de la moto, arriba de la luz, y de ubicarle un máximo de peso para balancear el global (thermos+cantimplora+mate/cafe). Un resultado desastroso ni bien hechos los primeros metros en termino de maniobrabilidad, que hasta logró empeorar una vez alcanzados los 70-80km/h por la perdida de aerodinamismo, la bolsa imperfectamente pegada haciendo toma al viento, aliviando así lo delantero en vez de apoyarlo en el piso… Y para cerrar la escena, ese trayecto me fue condimentado por un fuertísimo (y helado) viento de sureste haciendo casi imposible andar a un ritmo de más de 50-60km/h en una autopista, pasado regularmente por los camiones y hasta intentando una vez abrigarme a su costado andando a su ritmo en la banquina…Llegado agotado pero feliz de no haber caído (creí varias veces que no iba a zafar), me eché en un hostel copado - Posada do estudante, y me junté con mis dos guías : Camila & Karina. La ciudad de Pelotas me pareció realmente linda globalmente, y los algunos días pasados acá a descubrir la zona con esas hospitalarias locales me dio innegablemente ganas de volver lo antes posible a recorrer ese país. Esa zona del extremo sur de aquel gigante territorio ya proporciona un agradable entorno de playas y lagunas, las ciudades organizándose alrededor de los puntos de tránsito fluvial y costanero en un estilo original mezclando colonial refaccionado, popular colorado, y un poco de moderno a pesar de la baja de actividad pegando la region de a poco.









        Imposible quedarme más tiempo acá, pero tampoco había forma de volver sin por lo menos echar un vistazo a Praia do Cassino que me había recomendado Alice, y me junté entonces allí con ella en el trayecto de regreso de Pelotas a Punta del Diablo. Una hermosa y gigantesca playa con lindos medanos, condimentada de un especie de muelle / rompe-olas de 6 kms de largo (Molhes da barra do Rio Grande) que se puede explorar caminando o llevado por un carrito a velas sobre riles !
Conociendo lamentablemente el importante tiempo de viaje para esos 300kms, no me mandé en esta ida y vuelta de una hora y despegué tipo 16h rumbo a Uruguay, por suerte de vuelta a la configuración sin la bolsa adelante…
Error presentido y confirmado : viajar de noche no está bueno ! Pude alcanzar la salida de la reserva do Taim antes de que se apaguen las últimas luces del atardecer, pero las dos últimas horas se hicieron en la oscuridad completa, con la mala leche de que se me queme el foco de luz baja… Ni les cuento cuantas veces me mandaron llamadas de luz por estar andando en luz alta sin otra opción ! Y para terminar, mi reloj medidor de velocidad y distancia falló a altura de Chuy. Por la velocidad me arreglo con la experiencia de la resentida, pero por lo de los kms hechos desde la última estación queda más complicado… Por suerte las estaciones sobran y basta con llenar regularmente el tanque sin acercarse de la reserva.
Llegado a las 22h en el hostel de la Viuda que me había gustado a la ida, pegué de nuevo en el mirador sobre la vía láctea luego de unos espectaculares "sorrentinos al queso de cabra" en lo del Tano.










        El día siguiente, luego de haber cambiado el foco y averiguado algunas causas posibles a mi perdida de reloj (en realidad no más que el cable y su conexión en ambas extremidades) sin encontrarle ningún problema, me permití una pausa en la playa para un desayuno improvisado (levantado tarde) y más que nada para intentar ver ballenas cuya presencia había sido confirmada 1h antes. Al pedo, no vi ni una desde mi cumbre de medano en la media hora que me quedé esperando. Pero este desayuno el culo en la arena valía la pena en sí !
La ruta hasta Atlántida (justo antes de Montevideo) ese día y hasta Gualeguaychú - Argentina el día siguiente me hizo volver en express a algunos kms detrás de esas hermosas playas que quedarán para mi como la imagen dominante de Uruguay, por lo que vi. Pero la temperatura que seguía creciendo de a poco para salir del invierno me permitió por fin guardar los espesos guantes calientes e usar los cómodos guantes de verano, un apreciable símbolo de la mejora de tiempo por venir. Y pude por fin probar ese famoso surubí en Gualeguaychú, que efectivamente se merece los complimentes. Delicioso con un sencillo pedazo de limon !













        El trayecto desde Gualeguaychú hasta Córdoba fue particularmente aburrido, una interminable linea derecha cortando a través de un campo sin árboles y adornado de algunas vacas y caballos… Luego de una primera noche en Santa Fe y de una segunda en Miramar - en la orilla del Mar Chiquito - donde pude ver funcionar una antigua heladera de los años ’40, llegué finalmente en Córdoba por una última noche antes de juntarse con el grupo de porteños y empezar en los alrededores una semana de salidas en modo « Joe Bar Team »... :)









        Y Córdoba es una ciudad que sabe recibir, hay que reconocerlo. « Segunda capital de Argentina» como se escucha seguido, esa ciudad de cerca de 2 millones de habitantes presenta una gran riqueza arquitectural y catedrales en cada esquina, una animación cultural y nocturna impresionante por ese momento del año, y algunas buenas sorpresas culinarias como este cabrito al horno saboreado en un restaurante del centro - puro placer !








        El día siguiente iba a encontrarme con los porteños en Tanti, pequeña ciudad al oeste de Villa Carlos Paz - ella misma a unos cincuenta kms al oeste de Córdoba - donde la familia de Toto ponía a nuestra disposición una casa de campo (gracias a ellos !) para tirar allí las cosas antes de salir de joda en los alrededores. Recomiendo para este tramo la ruta 73 dicha « Camino de las 100 curvas », una agradable serie de curvas siguiendo un arroyo de bosque… Pura felicidad luego de los aburridíssimos 1.150kms derechitos en pleno campo de Montevideo a Córdoba ! Se sale del bosque a la altura del dique San Roque al origen de este lago artificial, cuya orilla sur hospeda la estación balnearia de Villa Carlos Paz. Hice allí una pausa almuerzo antes de seguir hacía Tanti y encontrar los « cabritos » - apodo del grupito por la ocasión en referencia a los caminos montañosos al menu de la semana, llegados por su lado en la madrugada luego de una noche de viaje desde BsAs y ya dando vueltas en la tarde…








        Supe desde los primeros momentos pasados con ellos que esa semana a descubrir las sierras cordobesas y el manejo en caminos de ripio iba a ser inolvidable ! :)
En la foto de la derecha donde tomamos el aperitivo (ya se, el iphone muestra sus límites en foto de noche), les presento de izquierda a derecha los cabritos porteños : Carlos, Toto, Chincho, et Dany !